La historia ha demostrado hasta el cansancio la necesidad insalvable de reformar y cambiar para prosperar, y aunque raquítico para ser ese el objetivo del que será sin duda el ultimo Congreso de los históricos de la revolución en Cuba. Aunque estas modificaciones al sistema estarán relacionadas sobretodo con el modelo económico, que probablemente sea flexibilizado en términos de actividades privadas aunque también relajará el sistema de atención social en la isla.
El análisis de lo que vive hoy Cuba así como su historia en los últimos 50 años debe realizarse dejando fuera lo mas posible las convicciones políticas que nos impulsan y que de ninguna forma podemos permitirnos negar, haciendo un balance justo pero también crítico, sin dejar de señalar nada pero sin olvidar lo obvio, el éxito y el fracaso de esta Revolución.
Hoy Cuba se encuentra al borde del abismo económico, paga las consecuencias de llevar a cabo una admirable política social sin tener para ello el respaldo total de actividades económicas sólidas, la razón de ello es simple, no puede comerciar con terceros en los términos que su régimen económico lo demanda, ya que por obviedad no existen en el mundo otras naciones, pero ni una sola, que tenga un sistema similar. Hoy el Sexto Congreso del Partido Comunista Cubano parece intentar seguir el ejemplo de los países socialistas asiáticos, aunque conservando lo netamente cubano, es decir permitir y promover actividades empresariales manteniendo la supervisión firme de estado, pero sin que estas concesiones signifiquen que por elevar la producción y la rentabilidad para sacar adelante la economía se permita la semi-esclavitud asalariada de buena parte de la población china, y mucho menos un desastre ecológico como el que en China se gesta a causa de la generación de electricidad mediante la quema violenta de gigantescas cantidades de combustibles fósiles y la destrucción sistemática y acelerada de ecosistemas vitales.
Las palabras de Raúl Castro durante la inauguración del Sexto Congreso del PCC, hacen pensar en una apertura política que probablemente pueda ver avances reales en los próximos 5 años, su discurso fue un regaño para los delegados pero de paso para si mismo, la incapacidad de incorporar cuadros valiosos fuera de las filas del Partido o de la Juventud comunista así como la torpeza de inmiscuir en los asuntos a personas nulamente interesadas o pobremente comprometidas con la universalidad de la responsabilidad estatal, en términos mucho mas simple se concentró el poder en ideologías y se dejó fuera de las prioridades la pluralidad de pensamiento dejando con ello fuera también soluciones alternas al hasta ahora incuestionable oficialismo.
Los cambios profundos en las áreas requeridas provendrán en los próximos años de lo que hoy se determine, en el trazado de este camino pudieran encontrarse las bases para el socialismo cubano de aquí y hacia el futuro, pero también gran parte de lo que encontremos en los siguientes años emergerá del encuentro en posiciones claves de las nuevas generaciones revolucionarias, mucho mas moderadas y en la capacidad de estas para comulgar en términos incluyentes con la siguiente generación de detractores del régimen, también con posturas mucho mas suaves y conciliadoras.
Lo que definitivamente no tiene cabida en el futuro de Cuba es la presencia bribona de los Estados Unidos en Guantánamo, y mucho menos que continúe la política genocida del rapaz bloqueo económico, a todas luces ilegal, injusto e inhumano. Es momento de que esta actitud abusiva del gobierno americano sea detenida, y sería mucho mas provechoso para todas las américas que esta actitud hostil se abandone por iniciativa doméstica, en el marco de la conciliación con la historia, aunque sabemos que dada situación se antoja imposible en el marco del derechismo reaccionario que amenaza con retomar el poder ante la débil personalidad del actual gobierno federal.
Entendemos que los fracasos de la revolución cubana se dan en términos de acceso a la tecnología, a la libertad de acción y militancia política, se dan también en el marco económico y la calidad de la existencia, sus grandes éxitos se engloban por otro lado en el acceso a servicios públicos de forma universal, educación, atención medica y social, se dan también en el progreso de la cultura, las ciencias y la protección del medio ambiente. Sopesar las bondades contra las carencias no es ya de utilidad para el pueblo cubano que hoy demanda que se busque de inmediato atender y enmendar los errores y componer la desgastada maquinaria estatal. Para que la prosperidad llegue de la mano de las políticas sociales y ecológicas que siempre ha tenido la Revolución es necesario junto con muchas otras cosas paciencia y participación, inclusión y responsabilidad, aún cuando la Revolución necesita avivarse con la flama de la diversidad, también es necesario mantener viva y eterna la convicción y pasión que hizo posible la destrucción de la tiranía, la defensa de la nación y la construcción del socialismo cubano, de tal forma que nunca más haya un Playa Girón.
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