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miércoles, 5 de noviembre de 2008

FUE UN ATENTADO

¿Cuántos sicarios han sido detenidos con armas que en las manos adecuadas podrían derribar aviones, entre lanzacohetes y ametralladoras calibre 50? Ningún funcionario, incluído Calderon, utiliza la palabra accidente, quizás la última de las ideas que nos vinieron a la mente aunque sin duda la más probable, pero pese a que aún en las condiciones del país es mas cercana la caída de un avión prácticamente nuevo que el derribo de esa nave por manos criminales, la realidad es que nuestra obligación en este como en todos los casos es el análisis de la evidencia en contraposición con el cumulo de posibilidades.


Los testigos, los que de verdad importan, es decir los que aún no eran contaminados, dicen que el avión tuvo al menos una explosión antes de que impactase contra cualquier objeto en el suelo, y menciono solamente a los que prestaron este testimonio en el lugar de los hechos desde diferente perspectiva y sin ninguna relación entre ellos, y no contaminados porque es sabido que los recuerdos se reescriben en la memoria cada vez que se repasan, que es muy fácil que alguien que no apreció ninguna explosión diga después lo contrario tras escuchar el testimonio de otros testigos.


No podemos emitir juicios sin pruebas, lo que tenemos es lo que la televisión presentó, los testimonios e imágenes, la cruenta realidad de la nación mexicana se nos presentó inexorablemente como un pesado grillete del que no podemos escapar y aún así tememos enfrentar, fue un atentado, y no lo digo como una afirmación temeraria buscando atinar lanzando conjeturas a ciegas, en realidad pretendo obtener las pruebas que demuestren que me equivoco.

viernes, 17 de octubre de 2008

MORELIA

Lo que ocurrió en Morelia solo puede definirse como un acto barbárico perpetrado con una clara intención terrorista, en estos casos alrededor del mundo se persigue un fin mas allá de lo que muchas veces somos capaces de ver en la distancia.

El gobierno calderonista se lanzó de inmediato en la búsqueda de quienes perpetraron estos actos, lamentablemente la cacería se llevó a cabo mayormente en los medios de comunicación y no en el campo de la investigación.

Sin hacer uso de otro instrumento mas que el de la razón del momento, se procedió por reacción a culpar al narcotráfico, no se sugiere que haya sido de otra forma, simplemente es desdeñable dar por sentado un hecho absoluto sin la totalidad de los elementos relativos para sostenerlo, lo acontecido en Morelia no puede ser uado aisladamente desde la perspectiva de un crimen que debe ser castigado; la verdadera justicia incluye la comprensión de los sucesos a partir de un análisis profundo de la evidencia y del contexto social en su conjunto.

Guardando las proporciones y sin animo de comparación, recordemos que los primeros en ser culpados de las acciones terroristas del 11 de marzo del 2004 en la red de trenes de la estación central de Atocha en Madrid, fue el grupo separatista ETA, varias horas después el gobierno español se retractaría al encontrar evidencias de la participación de radicales islamistas. Admitir errores o replantear juicios emitidos a priori no es precisamente una cualidad del gobierno mexicano.

Además de la captura de los autores materiales e intelectuales, la investigación debe plantearse la comprensión del objetivo final de las acciones; si damos por hecho que los atentados fueron planeados y ejecutados por el narcotráfico debemos establecer cual fue su motivación y las consecuencias que pretendieron desatar.

Quienes se dedican a convertir el campo del país en zonas de producción de estupefacientes han convertido también en aliados de los habitantes de lugar, miran en ellos no a criminales sino protectores, y ellos retribuyen el favor dándoles abrigo con su silencio una de las razones por la que los grandes capos no son capturados.

Si los narcotraficantes son solo eso, comerciantes de un producto ilegal que protegen la actividad a costa de acciones criminales ¿cuál sería la motivación de un atentado enclavado en la categoría de terrorismo, si ello al final de cuentas golpea directamente contra el sentido de pertenencia que cierto sector de la sociedad tiene con los grandes líderes de los carteles en México?

Tras la decisión final del Congreso de los Estados Unidos para destinar recursos financieros y logísticos para apoyar la labor antidrogas en México y la posterior aceptación de este gobierno en un denominado plan “Merida” se incluyo ipso facto la posibilidad de aceptar sugerencias técnicas por parte de la inteligencia americana, misma que ya se ha encargado de plantear erróneamente acciones. Recordemos las técnicas que los franceses desarrollaron en indochina y que los americanos aprendieron e inmediatamente aplicaron contra los movimientos insurgentes en América latina, mismas que plantearon funestamente en el plan Northwoods que finalmente nunca fue ejecutado.

Y es que las características propias de un movimiento guerrillero pueden compararse con el perfil de ciertas conductas del narcotráfico en México, pero solamente por la disposición logística, nunca por el sustento ideológico insurreccional, sino en realidad de la búsqueda del aislamiento del marco jurídico de la nación; lo que ello no implica es que el falló institucional sea para fines prácticos tomarlos como tales y actuar en consecuencia, aconsejados debidamente por quienes tienen experiencia en tratar con esta clase de organizaciones.

Desde el pasado 15 de septiembre nos asolan un sinfín de preguntas, la mayoría de ellas orientadas a tratar de comprender lo que en realidad ocurrió en Morelia esa noche, ¿fue una acción terrorista sin sentido ejecutada por el narco? ¿fue esto parte de un plan al estilo contrainsurgente preparado desde las alturas del poder político, quienquiera que este fuere, para restar el apoyo de sectores campesinos sobretodo a los grandes capos en México, o quizás para buscar el apoyo incondicional de la sociedad a la guerra contra la delincuencia organizada emprendida por el ejecutivo? Lo único probado hasta este instante es que las investigaciones no conducen aún a sitio alguno, y eso precisamente, desconocer la figura del enemigo termina siendo a final de cuentas el verdadero terrorismo.

ELIUTH IRIGOYEN

POR EL DERECHO A EXISTIR Y NO ALINEARSE







Alternativa Socialdemócrata ha destinado toda su fuerza para librar una guerra civil, eligió para ser arbitro de esta masacre a una comisión externa cuya actuación ha sido francamente deplorable, la ignorancia de los comisionados respecto de la vida de nuestro partido, su miopía en la interpretación de los estatutos, sumado a todo ello sueldos inflados provenientes de un presupuesto ridículo han demostrado que la integración, funcionamiento y reglamentos de la Comisión Nacional Autónoma han sido en su conjunto el error mas grave que hemos cometido, quizás solo superado por la lógica de vencer a cualquier costo a los adversarios de esta contienda por el control de un partido que se llama así mismo libre.

La lucha en Alternativa Socialdemócrata ha visto dos frentes principales, ambos se han encomendado así mismo la tarea de eliminar a todo enemigo, real e imaginario, que se interponga o que no coadyuve a alcanzar la dirigencia legal (al liderazgo moral ya no aspira nadie), como si la verdad proviniera no de la suma de todas las verdades relativas sino solamente de la propia. En medio de esta batalla hemos quedado, reconocidos como enemigos por no ser lacayos, los que seguimos nuestros propios designios, los NO ALINEADOS, que constituimos una fuerza y una voz de demanda de tal magnitud que se han hecho todos los esfuerzos por impedirnos participar en este proceso de manera justa y legal, bloqueados por las dos fuerzas principales y por la actuación estúpida de la CNAEOD, que ha cumplido cabalmente con las tres clases de ignorancia concebidas por Rochefoucauld: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.

Pese a todo seguiremos aquí, los NO ALINEADOS mantendremos vigente nuestro reclamos de igualdad y justicia, sobretodo al interior de nuestro Partido, nuestras exigencias para cualquiera que llegue a la dirección del Partido serán las mismas: descentralizar la toma de decisiones, la apertura de espacios de dirección, y ahora sumado a todo ello (como si nuestros retos no fueran ya gigantes): la cicatrización de todas las heridas abiertas en este proceso, la conciliación con los que fueron derrotados pero sobretodo el reconocimiento pleno de nuestros derechos en el Partido a todos aquellos que por no alinearnos se nos negó el derecho a existir. Esperaremos los resultados que poco importan sino cambian las cosas allá arriba y aquí abajo, y es que de no hacerlo serán ustedes a los que consideraremos traidores a la enmienda sobre la cual fundamos este Partido:

¡QUE NADIE QUEDE FUERA!