En esta ciudad no existe una planificación de desarrollo, los diseños de las nuevas estructuras viales no consideran una reestructuración del transporte urbano dejando a este la responsabilidad de adaptarse y diseñar su propia metodología para prestar el servicio, mucho menos se ha considerado el impulso de medios alternativos de transporte que puedan, en primer termino, aliviar la congestión vehicular y paulatinamente reducir el índice de contaminación.
Los ejemplos de otras ciudades pequeñas en el mundo han reducido la carga vehicular en sus calles han encontrado que la formula no es construir mas vías para los autos, por el contrario, el éxito ha provenido de incentivar nuevos mecanismos de transporte público y la adopción de sistemas autoimpulsados como la bicicleta, evidentemente han diseñado y desarrollado infraestructura para hacer que estos medios sean viables, rápidos y seguros.
En Durango los autobuses de transporte son los amos y señores de las calles, a las que han convertido en su patio de juegos particular con las funestas consecuencias que podemos leer a diario en los periódicos locales. Los encargados de conducir estas unidades no están preparados para atender al público, no tienen la educación para respetar las señales de tránsito (en los contados casos que existen), no solo porque no han recibido capacitación para hacerlo, sino porque en general su educación ha sido deficiente, me queda claro que en muchos de los casos podríamos encontrar a personas tras el volante de un microbús que no saben o apenas pueden leer y escribir. Supongo que no es necesario señalar el riesgo latente que sufren a diario quienes pedalean para llegar al trabajo o a casa.
La Dirección de Transportes del Estado ha sido incapaz o no ha estado interesada en hacer que los reglamentos existentes sean respetados, mucho menos se ha podido establecer nuevos parámetros para el transporte masivo que beneficie al usuario y no contemple nuevas prerrogativas para los líderes choferiles. Las unidades no tienen condiciones de seguridad adecuadas, no proveen un seguro para el pasajero, no hay un manual de atención al usuario que señale con claridad los mecanismos para el ascenso y descenso de pasaje, de existir es texto muerto que un chofer jamás ha visto en su vida.
Esta probado que sistema de transporte público eficiente y barato, aunado a la posibilidad real de utilizar medios personales como la bicicleta significan en números duros, la reducción de emanaciones contaminantes, el aumento de la capacidad adquisitiva del ciudadano, beneficios directos a la salud y la liberación de las calles que ya existen.
La formula es simple, la remodelación de los circuitos viales en la ciudad debe contemplar carriles confinados exclusivos de buses especiales, vías diseñadas para el uso de bicicletas que sean construidos siguiendo estudios serios para que sean funcionales y no la ocurrencia de un contratista ignaro del tema. Se debe desmotivar además la circulación de autos en el centro histórico, hacer respetar con dureza los reglamentos de tránsito en las colonias de la ciudad, modernizar la plantilla de autobuses, incluyendo de ser necesario transporte propiedad del estado.
Ha quedado demostrado que a los sindicatos del transporte se preocupan solamente por mantener su plantilla de agremiados para llenar sus bolsillos y utilizarlos como moneda de intercambio político, dejando que apenas un puñado de particulares sean dueños de los cientos de chatarrabuses en Durango, sobornando a los inspectores del DGTE y asociándose ilegítimamente con ellos a expensas del ciudadano.
